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miércoles, 17 de julio de 2013

Libro "El Derecho a la propia imagen del menor en Internet"

Introducción de la autora, Ana Mª Gil Antón | 17-07-2013

Ana Gil Antón
Somos muchas las personas que estamos francamente preocupadas por el uso que nuestros menores y adolescentes están haciendo de las redes sociales y se hace necesario dar alternativas para un uso saludable de Internet

Redes sociales no son tan sólo las clásicas que todos conocemos, como TUENTI, FACEBOOK, TWITTER, sino que están naciendo una serie de nuevas formas de comunicación y de interrelación cuya regulación y funcionamiento desconocemos. Nos referimos a aplicaciones como WHATSAPP, LINE, HANGOUTS, TWOO y alguna más, vinculadas a los smathphone, IPad, IPhone, desde las que nuestros menores y nosotros mismos nos comunicamos e interactuamos en tiempo real, sin ningún tipo de reparo, que se suman a las conocidas, permitiendo todas ellas hacer público lo privado. Nuestra privacidad al desnudo en tiempo real, fotografías, videos, imágenes, opiniones -incluso los “me GUSTA”- de un usuario en una red o, los contenidos volcados se retuitean y pueden resultar muy reveladores para terceros, que quieran tener datos de todo tipo sobre niños, adolescentes y adultos.



Portada del libro, edición cómoda de bolsillo
El fenómeno de Internet ha generado en un periodo muy corto de tiempo, que no estamos en disposición de controlar que, la vida on line, se asimile a la vida off line por los menores con un gran desconocimiento sobre lo que puede llegar a constituir la denominada “Identidad digital” y la propia privacidad. Tanto es así que dicho fenómeno está suponiendo un cambio de paradigma respecto de la misma, de tal forma que tan sólo tecleando en los buscadores el nombre de una persona, menor o no, pueden encontrarse la mayoría de sus perfiles en las redes sociales como FACEBOOK O TWITTER. Podríamos pensar que algunas de ellas tienen condicionados de regulación, incluso opciones de privacidad, más o menos “seguras”, pero de otras carecemos de información alguna, añadiéndose la dificultad que entraña la ausencia de legislaciones comunes, lo que genera grandes vacíos legales ante la existencia de hechos que atenten contra nuestra privacidad, ya lo sea nuestro honor, nuestra vida personal y familiar o nuestro derecho a la imagen, sin considerar otro tipo de conductas delictivas, o cuasi-delictivas.

A ello añadimos otra circunstancia entiendo sumamente preocupante, que no es otra que la falta de información, formación y concienciación que tienen fundamentalmente nuestros menores, los denominados "nativos digitales” sobre los riesgos que este nuevo entorno virtual genera y las consecuencias de futuro, de ahí que en la obra de investigación realizadaEL DERECHO A LA PROPIA IMAGEN DEL MENOR” se abarquen cuestiones sobre las redes sociales y las fotografías, no sólo con un análisis sobre riesgos posibles, sino aportando alternativas ante cuestiones problemáticas sobre la edad mínima del menor para el acceso, la certeza sobre la identidad real, autorizaciones parentales y/o tutoriales y sobre el otorgamiento del consentimiento de los mismos, que por su parte, deberíamos tender a que efectivamente fuera libre, informado, expreso y verificable, lo que no se logra desde luego con un simple “CLICK”. Pero lo cierto, es que la realidad sobre estas exigencias resulta hoy todavía una entelequia, que parece no ser prioritaria para muchos proveedores de servicios de red, y en las que sin embargo, muchos juristas, al mismo tiempo padres estamos tomando conciencia.

Portada y contraportada del libro

Es cierto que el mundo de las redes sociales ha comportado un cambio sociológico, y “no cabe poner puertas al campo”, no podemos excluir a nuestros menores de esa nueva realidad en la que viven, pero sí es necesario que a nivel general trabajemos conjuntamente, todo tipo de agentes sociales, autoridades, fiscalía de menores, educadores, padres para educar en un uso saludable de Internet y minimizar los posibles riesgos. Y es ésta la única pretensión de la obra de investigación citada, un proyecto personal en el que me he embarcado sin financiación externa, no intervienen ideologías políticas, ni religiosas, ni ONG's; el fin es llegar al máximo de población posible.




♪ Entrevista a Ana Gil Antón en el programa de radio "Capital" de Intereconomía Radio (16:40m.) 26/06/2013

Si no te funciona el reproductor, puedes escuchar el audio AQUÍ o descargarte el MP3 (botón derecho "Guardar enlace como")

CONTACTAR con Ana Mª Gil Antón:


Entrada sobre Ana Mª Gil y este trabajo en el Blog de Angelucho

4 comentarios:

  1. Muchas gracias por todo el trabajo que ha supuesto, en espera que sea útil para que muchos padres, educadores y agentes sociales, junto con los juristas trabajemos por nuestros menores. Un abrazo,

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    1. Para mí esto no es trabajo, es puro ocio, es únicamente reflejar tu trabajo, y si desde este humilde blog puedo contribuir a que las personas lean tu libro y se conciencien-alfabeticen digitalmente y ayuden a los menores a estar más seguros en la red, objetivo más que cumplido.

      Me queda darte la enhorabuena por esa labor inmensa que haces de carácter totalmente altruista, y estoy segura de que entre tod@s los que mencionas, se logrará un (ciber)mundo mejor.
      Un abrazo.

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  2. En mi caso personal lo tengo claro desde siempre, porque para mí es una cuestión de sentido común. Todo lo que no quiero que sea del dominio público, o pueda dañar mi imagen, o haga que me arrepienta de haberlo difundido, no lo publico en ninguna parte. Es más, sin ser especialmente paranoica, ya que vivo bastante relajada en este aspecto, todo lo que considero importante lo mantengo off-line, fuera del disco duro del ordenador que uso habitualmente.

    Las redes sociales se aprovechan del vacío legal para campar a sus anchas y además imponen unas condiciones de uso (que no solemos leer) que son algo confusas; así que parece imposible prohibir la cesión de los datos que obtienen sobre nosotros a terceros.

    Con respecto a los menores, me parece un tema complicado. Controlar la vida cibernauta de los chicos para mí es una labor de los padres, pues son ellos quienes proporcionan los medios para acceder a las redes sociales: ordenador personal, tablets, smartphones, asignación para el ciber, etc. Es sabido por todos que las redes sociales no son seguras, y los adolescentes casi hacen más vida social en ellas que en el colegio o en la calle, así que, si se les prohibe el acceso a ellas por temor, estos chicos pueden sentirse desplazados con respecto a sus compañeros. No sé, pero cuando pienso en esto me alegro de no tener hijos. XD

    Saludos.

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    Respuestas
    1. Gracias por pasar a comentar, Ada.

      Sobre el primer párrafo de que es de sentido común, lo es para ti que eres una persona adulta, y aunque no lo publiques en ninguna parte, simplemente puedes tener copia de seguridad en la nube y esa podría ser otra forma de acceder a datos o fotos, aunque tu proceder me parece muy correcto.

      Es cierto que las redes sociales tienen un batiburrillo de condiciones que todos aceptamos sin saber realmente lo que implican, y no digamos los menores que no comprenden ni la mitad que nosotros.

      En la entrevista de Ana, podrás escuchar claramente que NO abogan por la prohibición ni por quitar a los menores sus smartphones o tablets; ése no es el camino, pero sí protegerles de alguna manera, y no puede recaer todo en manos de los padres, que es bien cierto que juegan un papel importantísimo. Si los padres no se ven de alguna forma respaldados por las grandes compañías que manejan el cotarro, como facebook, twitter, tuenti, etc, poco van a poder hacer por muy bien que eduquen al menor (ya sabes, son curiosos y rebeldes por naturaleza). Creo que ha de ser una combinación de ambos temas: educación y concienciación en el ámbito familiar y amigos, y por otra parte, estar protegidos legalmente por esos gigantes empresariales. Además que ya ves que no son redes sociales al uso, sino que como dice Ana, se disparan otras mil formas de comunicación que pueden llevar implícitas fotos, como whatsapp y las otras que comenta, Line, Hangout y ya no te digo nada de Skype o incluso poder entrar a redes de contacto de adultos. Y ahí supongo que no basta con el aviso y buena fe de los tutores, sino que tiene que haber una protección legal y maneras de controlar que no entren a lugares "indebidos".

      Yo tampoco tengo hijos, y en cierta forma puede ser un "alivio", pero conozco niños-as y no me gustaría que cayeran en manos de ciberdepredadores.

      Gracias por comentar, un saludo cordial.

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Gracias por participar en Mi Matrix Particular. Te esperamos pronto.

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